BIZCOCHO GLASEADO DE MANDARINA

De las frutas de invierno, la MANDARINA es una de mis preferidas. Su sabor es mucho más aromático y mucho más dulce que las naranjas y su tamaño más pequeño y facilidad para pelarla la hace ideal para enviársela a mis niñas para su desayuno en el cole, puesto que ellas solas pueden pelarlas con facilidad. 

Dicen que tiene origen asiático y que debe su nombre al color de los trajes que utilizaban los Mandarines, que eran los gobernantes de la antigua China. 

La pulpa contiene vitamina C, vitamina B, ácido cítrico, azúcar reductora y caroteno. Su piel tiene aceite volátil y glucósido y sus semillas, aceites grasos, proteínas y sustancias amargas. Debido a sus propiedades broncodilatadoras y antiinflamatorias se recomienda su consumo en el tratamiento de úlceras, puesto que ayuda al intestino y a la digestión.

El consumo de productos de temporada es fundamental dentro de nuestra dieta mediterránea por eso hay que adquirirlas de agricultores que mimen el producto desde que se planta el árbol hasta que se recoge y se pone a disposición del consumidor particular. NaranjasLU.es sigue esta filosofía mimando a sus naranjos para que sus clientes queden completamente satisfechos.



Este bizcocho es muy fácil de preparar y tiene un sabor a mandarina muy suave, dándole el glaseado que lleva por encima una textura muy particular. 


INGREDIENTES:
- 175 grs de mantequilla
- 175 grs de azúcar
- 2 huevos
- 175 grs de harina
- 1 cucharadita de levadura tipo Royal
- 1/2 cucharadita de sal
- 75 ml de leche semidesnatada
- la ralladura de la piel de dos mandarinas

Para el glaseado:
- el zumo de una mandarina
- 12 cucharaditas de azúcar


PREPARACIÓN:
1. Precalentar el horno a 175 grados.
2. Engrasar un molde rectangular. 
3. Tamizar juntas, la harina, la levadura y la sal.
4. Batir la mantequilla con el azúcar hasta que blanquee y quede una mezcla esponjosa.
5. Añadir los huevos ligeramente batidos de uno en uno. No incorporar el siguiente huevo hasta que el primero quede perfectamente integrado.
6. Agregar la ralladura de la piel de las dos mandarinas.
7. Incorporar en dos veces la mezcla de la harina, alternándola con la leche y finalizando siempre con la harina, batiendo hasta que quede perfectamente integradas.
8. Verter la mezcla en el molde.
9. Hornear durante 50 o 60 minutos o hasta que al pincharlo con una aguja salga completamente limpia.
10. Una vez horneado, dejar enfriar en el mismo molde durante 15 minutos. Pasado ese tiempo desmoldar y dejar enfriar sobre una rejilla

Ahora prepararemos el glaseado, calentando en un cacito el zumo de mandarina con el azúcar hasta que hierva y se forme una especie de almíbar. Dejar enfriar y comprobaréis que se va espesando al enfriarse. Cuando espese un poquito verter sobre el bizcocho todavía templado.


Es de fácil conservación puesto que puede aguantar hasta cuatro días sin necesidad de utilizar ningún recipiente hermético, eso siempre y cuando no se lo coman antes, que es lo que normalmente sucederá.

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